La mayoría de las heridas y traumatismos infantiles no revisten gran importancia y no requieren de la actuación de personal sanitario.
¿Qué debemos hacer?
Heridas:
- Lavar bien con agua o suero fisiológico a chorro, para eliminar todo resto de partículas que hayan podido quedar en el interior.
- Si la herida sangra, presionar con gasas limpias o si no se dispone de ellas con un pañuelo limpio.
- Si la herida es superficial y deja de sangrar rápidamente, aplicar un antiséptico local: (cloruro de Benzalconio, soluciones yodadas, mercromina o clorehixidina).
Consultar con un servicio médico en caso de:
- Heridas en las que persista el sangrado
- Heridas profundas o desgarros que precisen de reparación (tiras adhesivas, pegamento biológico, grapas o puntos).
Contusiones
- Aplicar hielo localmente (no directamente sobre la piel, sino protegido por un paño)
- Si el traumatismo es en una extremidad, intentar mantenerla en alto.
Consultar con un servicio médico en caso de:
- Sospecha de fractura por deformidad en la zona o gran dolor que impida la movilidad. En este caso evitar mover la zona afecta durante el traslado al centro sanitario.
- Impacto en el cuello. Limitar los movimientos del mismo durante el traslado
- Traumatismo ocular
- Traumatismo craneal en caso de:
- Menores de 1 año
- Pérdida de conocimiento
- Dolor importante o llanto persistente.
- Desorientación
- Alteración del equilibrio
- Movimientos extraños
- Pérdida de fuerza
- Salida de sangre o líquido por orificios nasales u oídos
- Siempre que el impacto craneal se considere importante.
- Traumatismo dental (si se produce la pérdida de una pieza definitiva, introducirlo en leche, suero fisiológico o agua y trasladar a un dentista para la rápida reinserción)
Fuente: Dra. Montserrat González García